El duelo afecta a cada persona de manera particular y tod@s experimentamos y afrontamos la pérdida también de una manera diferente.
¿Qué es el duelo?
El duelo es una respuesta emocional adaptativa y normal ante situaciones que forman parte de la vida como pueden ser: una pérdida, la muerte de un ser querido, afrontar una enfermedad, el final de una relación...y en el que la persona ha de llevar a cabo un proceso de adaptación a la nueva realidad.
El duelo y la pérdida a menudo resultan en respuestas emocionales como conmoción, tristeza, ansiedad, pánico, ira... Estas emociones en ocasiones pueden interferir con la vida diaria causando dificultar para pensar con claridad, baja motivación, aislamiento social o trastornos del sueño. Aunque en la literatura se han establecido diferentes fases del duelo, no es cierto que una persona tenga que pasar por todas ellas, ni en el mismo orden, ni incluso tener una sintomatología concreta para considerar que un duelo sea patológico o complicado.
Para que una pérdida dé lugar a un proceso de duelo tiene que tener 2 características:
1ª Existencia de un vínculo emocional. Esto es que tiene que haber algún tipo de vínculo emocional con la persona, situación, objeto, animal o proyecto que se ha perdido o acabado, es decir, un proceso de duelo se puede dar con la pérdida de cualquier cosa con la que la persona tenga un fuerte vínculo emocional. Por ejemplo: la muerte de una persona o una mascota, situaciones vitales como el fin de una relación emocional de pareja o amistad, o incluso con objetos con los que tenemos vínculos emocionales porque nos evocan recuerdos y/o sentimientos.
2ª La pérdida es para siempre o resulta irremplazable. Esto supone que lo perdido no se puede volver a recuperar de ninguna manera porque: resulta irreversible, porque es imposible o porque no existe forma de reemplazarlo, lo conlleva a continuar con la vida pero con unas condiciones nuevas a las que hay que adaptarse. Esta adaptación, no sólo es en relación a los quehaceres o costumbres de la vida cotidiana sino que además, ha de hacerse a nivel emocional ya que la pérdida supone que las emociones que teníamos hacia esa persona, situación, objeto, animal o proyecto han de rehacerse y recolocarse para adaptarse al nuevo entorno emocional.
El proceso de duelo podrá ser más o menos intenso en función de la fortaleza de ese vínculo emocional, de las circunstancias vitales, de la forma de la pérdida y la personalidad del doliente.
Cada pérdida acarreará un duelo, y la intensidad del duelo no dependerá de la naturaleza del objeto perdido, sino del valor que se le atribuye, es decir, de la inversión afectiva invertida en la pérdida.
Tratamiento del duelo
El duelo puede ser temporal o prolongado y en ocasiones, resulta útil ser asistido o informado sobre las formas de sobrellevar el duelo y la pérdida. Un@ psicólog@ puede ayudarte a manejar e incluso superar los problemas relacionados con el duelo y la pérdida al ayudarte a entender y aceptar los factores subyacentes a estas experiencias y respuestas emocionales. Este asesoramiento puede proporcionarte habilidades para hacer frente a una situación única a través de un proceso terapéutico y siempre individualizado.
No debemos olvidar que esta reubicación y recolocación de las emociones debe darse de una manera sana, adecuada, fluida y en un plazo de tiempo flexible, en el que evidentemente ha de haber un final, pero sin que surjan mecanismos de defensa que acaben bloqueando o dificultando un proceso del duelo emocional y lo más llevadero posible. Por otro lado, ha de darse toda una adaptación cognitiva en la que hay que aceptar que las emociones que recibíamos antes de la pérdida (y que en muchas ocasiones eran un fuerte estímulo en nuestras vidas, así como algo importante que nos ayudaba a mantener nuestra salud y equilibrio emocional) ya no las recibiremos nunca más, y es aquí donde mi experiencia puede ayudarte.
¿Cómo superar problemas con el duelo?
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