¿Qué es la ansiedad y cómo funciona?
Se dice que es la epidemia silenciosa del siglo XXI, ya que es el trastorno más prevalente en la actualidad junto con la depresión. En función de los parámetros que se tengan en cuenta las cifras pueden variar, pero hay cierto consenso en considerar que al menos 1 de cada 5 personas tendrá un trastorno de ansiedad a lo largo de la vida.
La ansiedad es un concepto muy amplio y que tiene múltiples caras. El cuadro clínico o los síntomas de un trastorno o problemas de ansiedad pueden ser muy variados y de diferente intensidad dependiendo de cada persona. Todos y todas en algún momento de nuestra vida hemos experimentado cierto grado de ansiedad, angustia o miedo. Se tratan de emociones que por sí mismas no tienen por qué conllevar necesariamente algo patológico o negativo ya que éstas cumplen una función esencial para la supervivencia y evolución del ser humano y lo preparan para la acción.
Esta emoción, produce una reacción psicofisiológica de activación intensa tanto en el sistema nervioso central (SNC) como en todo el organismo y aparece cuando se ha de actuar ante una situación que va a demandar un esfuerzo intenso o sostenido, consiguiendo activar al individuo para poder así hacer frente a un peligro o una amenaza. Por ese motivo, es frecuente sentir: incremento del ritmo cardíaco y respiratorio, tensión muscular, sudoración en las palmas de las manos, malestar en el estómago... Todas estas sensaciones son parte de la respuesta normal del cuerpo a la hora de huir o luchar y están provocadas por un aumento de la producción de adrenalina y otras sustancias químicas. Una vez pasa el peligro, si se tiene éxito a la hora de afrontarlo, o si simplemente la persona se da cuenta de que no hay ninguna amenaza real, lo que sucede es que "esta alarma" a nivel cerebral se desactiva, el sistema nervioso se reequilibra y el miedo o la ansiedad disminuyen.
Resumiendo... La ansiedad funciona como un sistema de alarma que se activa cuando una persona percibe un peligro o una amenaza.
Pero, ¿Cuándo hablamos de un Trastorno de ansiedad o problemas de ansiedad? ¿Cómo se produce?
Cuando no existe un peligro real o amenaza y sin embargo la emoción sigue siendo la misma, estamos hablando de un episodio de ansiedad en el cual la persona experimenta miedo, nerviosismo, preocupación o terror, de manera constante o demasiado intensa generándole un importante malestar. Cuando ya no se trata de algo puntual y aislado que la persona puede tolerar, sino que repercute de manera significativa en su vida diaria generándole sufrimiento y afectando a su funcionamiento habitual y a su vida, estaríamos hablando de un problema o trastorno de ansiedad.
Cuando se habla de cómo funciona un trastorno de ansiedad es útil hacerlo a través de una especie de "círculo vicioso", es decir, un funcionamiento que por sí mismo tiende a mantenerse, repetirse y hacerse más fuerte.
Podemos distinguir una serie de elementos en relación a la ansiedad:
1º Monitorización: aquí, la persona presta una excesiva atención interoceptiva, es decir, una excesiva focalización en las sensaciones corporales, en toda la sintomatología física de su ansiedad.
2º Control: A consecuencia de lo anterior, lo que intenta la persona es intentar reducir y controlar toda esa sintomatología lo que acaba produciendo un efecto contrario, es decir, lejos de ayudar a sentirse mejor lo empeora.
3º Evitación: la persona acaba evitando aquellas situaciones que le generan este malestar o que cree le van a generar ese malestar.
Síntomas y signos de la ansiedad
Como ya se ha indicado anteriormente, los síntomas y signos de la ansiedad pueden ser muy variados y de diferente intensidad según la persona aunque los más frecuentes son:
- Sensación de nerviosismo, agitación o tensión
- Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe
- Aumento del ritmo cardíaco
- Respiración acelerada (hiperventilación)
- Sudoración
- Temblores
- Sensación de debilidad o cansancio
- Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual
- Tener problemas para conciliar el sueño
- Problemas gastrointestinales
- Tener dificultades para controlar las preocupaciones
- Tener la necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad
Normalmente, la ansiedad leve puede sentirse como inquietud o nerviosismo y la ansiedad más intensa puede sentirse como miedo, terror o pánico. Finalmente, señalar que la preocupación y los sentimientos de tensión y estrés son también formas de ansiedad, así como lo son el miedo escénico o la timidez ante la posibilidad de conocer a gente nueva.
La ansiedad disfuncional puede manifestarse de diferentes formas como: ansiedad social, ataques de pánico, fobias, preocupación irracional... Y, en función de cuál sea el foco principal del miedo y/o la preocupación se habla de un trastorno u otro.
Tipos de Trastornos de Ansiedad más frecuentes:
- Trastorno de pánico: Un ataque de pánico se define como un episodio de ansiedad repentino e intenso que se acompaña de sensaciones físicas desagradables (palpitaciones, sensación de ahogo, mareos,…) y de pensamientos que suelen ser catastróficos (miedo a perder el control, a morirse...). El inicio del ataque de pánico suele ser súbito, alcanzando su máxima intensidad rápidamente, normalmente en los primeros 10 minutos. Con frecuencia (aunque no siempre) el trastorno de pánico se da de manera conjunta con la agorafobia que es el miedo o ansiedad intensa que se produce respecto a situaciones o lugares en los que sería difícil escapar o disponer de ayuda en caso de necesidad y la persona evita o limita el tiempo de permanencia en los mismos. Se basa en la anticipación de experimentar niveles altos de ansiedad (miedo al miedo). Por ejemplo: transportes públicos, lugares abiertos, lugares cerrados, estar en medio de mucha gente...
- Trastorno de ansiedad generalizada: ansiedad y preocupación excesiva y constante sobre diversos acontecimientos o actividades de la vida (salud, trabajo, estudios, relaciones sociales...) ya sea la propia o sobre otros, y que normalmente aún no han ocurrido. La preocupación genera una cadena de pensamientos del tipo "y si..." sobre un peligro o desgracia futuros donde hay incertidumbre sobre los resultados, y que para la persona son vistos como impredecibles o incontrolables generándole ansiedad.
- Ansiedad por separación: miedo o ansiedad sobre el hecho de tener que separarse de una persona con la que se tiene un vínculo estrecho.
Tratamiento de la ansiedad
Estar en un estado de ansiedad constante o desproporcionado no sirve de nada y, de hecho, resulta debilitante y agotador para quien lo padece. En lugar de ser una emoción relativamente útil, se acaba convirtiendo en un obstáculo que interfiere con la capacidad de vivir una vida cómoda. Existen formas efectivas de entender y manejar nuestra propia relación con la ansiedad. Y aquí es donde mi experiencia puede ayudarle.
Superar mi problema con la ansiedad
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